Salud
mental vs salud física
“Si tienes depresión
es porque quieres”, “Estas así porque no quieres mejorar”, “Yo no tengo
depresión porque no tengo tiempo”, “¿Por qué no intentas animarte?”, y otras
perlas como estas son las que te encuentras cuando se habla de enfermedades mentales, o cuando padeces
una.
En cambio cuando alguien sufre una enfermedad
física no se hacen esos comentarios o no se dan esos consejos tan
desafortunados. No se oye a alguien decirle a otro que trate de mejorar o tener
buen ánimo, en el caso de padecer un cáncer. Entonces, ¿Por qué una persona que
sufre una enfermedad mental tiene que hacerla sentir menos? ¿Por qué le hacen
sentir como si lo que sufre fuese culpa suya?
Diversas situaciones o ciertos comentarios son
muy desafortunados pero esconden una realidad que va más allá del ámbito
social. El trato y la visión distorsionada hacia los trastornos mentales
proviene de la administración pública que no le da la importancia que debería,
escenificada con las dotaciones económicas insuficientes que se suministran
para tal fin, y que se ha ido transmitiendo a lo largo de los años.
He llegado a diferentes conclusiones de porqué
esto es así. Y son estas:
* Primera
conclusión: las personas no tratan igual una enfermedad física como una mental. El porqué de esto supongo
que se basa en la ignorancia hacía ciertas enfermedades y sobre el
desconocimiento de como se producen y de como se desarrollan. No tenemos
cultura para hablar de ciertas enfermedades y, una vez hablamos claro sobre el
cáncer (ya no denominándolo larga
enfermedad), ahora es el turno de los trastornos mentales.
* Segunda
conclusión: existe un tabú sobre el padecer una enfermedad mental. A tenor de lo
primero, el desconocimiento hace que, en general, se cree un tabú social hacía
lo ajeno y desconocido. El simple hecho de ser algo de lo que no se habla
abiertamente se ejemplifica en como se suele ocultar el tomar medicamentos
psiquiátricos y/o acudir a un especialista de la salud mental, como puede ser
una psicólogo o psiquiatra.
* Tercera
conclusión: los servicios sanitarios, más
concretamente, las administraciones públicas, no ponen voluntad para tratar las
enfermedades mentales y siguen sin equipararlas a las enfermedades físicas.
Actualmente, la OMS alerta del incremento de las
enfermedades mentales, más concretamente de la depresión como primera causa de
enfermedad en el mundo. Si existe está realidad, ¿por qué no se ponen los
mismos medios que con otras dolencias?
* Cuarta
conclusión: las enfermedades mentales no
se ven. Es decir, parece que al no poder detectar cambios físicos que acrediten
la dolencia, no exista. Puedes sufrir depresión, ansiedad u otros trastornos,
pero si continuas con tu vida y con tus obligaciones laborales o familiares
parece que no estas enfermo. Tenemos una creencia muy firme que relaciona el
estar enfermo con estar en cama o en casa, convaleciente. Pero no es así. Por
ello, quien sufre un trastorno mental no es visto como alguien que realmente
este enfermo.
Por todo ello, se debe hacer más concienciación
social sobre los trastornos mentales, eliminando creencias o estereotipos que
abundan en el imaginario popular y que sólo consiguen postergar una idea errónea
e inadecuada de los trastornos mentales.
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