viernes, 19 de abril de 2019

El placer de viajar

Cuando estamos entrando en el último trimestre antes de las vacaciones de verano, es algo cotidiano que empezemos a pensar en que hacer durante el periodo de descanso del que disponemos. 

Cada uno de nosotros tiene unas preferencias con respecto a lo que es disfrutar de las vacaciones. Para unos es descansar, no hacer nada, o sea, disfrutar de la tranquilidad que proporciona no tener que seguir con las rutinas que nos consumen durante todo el año.  Para otros, los días de "libertad" son la oportunidad para viajar y descubrir el mundo y para otros es tiempo de hacer cosas que no pueden realizar durante el año. 

Las vacaciones no son sólo un período de descanso del trabajo, también es el momento del que podemos descansar a nivel psicológico. Desconectar es necesario para no quemarnos del día a día. El paro que supone de las obligaciones laborales y de las rutinas diarias es el mejor mecanismo para recargar las pilas, ya que el no tener que pensar en lo  cotidiano nos fortalece mentalmente para poder encarar el futuro más próximo. 

Una de las aficiones que más se practica durante las vacaciones es viajar. El desplazarse es algo más que ir a un lugar determinado y ver lo más importante. Viajar tiene profundos beneficios psicológicos por diferentes motivos. 

En primer lugar, el hecho de viajar se puede dividir en tres partes: preparación del viaje, el viaje en sí y el recuerdo del mismo. 

Preparación del viaje

Cuando hemos decidido donde viajar, es el momento de investigar. Durante esta etapa, que puede ser más o menos larga en el tiempo, es un espacio de ilusión, de preparación y de gratificación. Tenemos un proyecto, trabajamos en él y nos reconforta vernos en el futuro viaje, ya que preparamos actividades, sitios que visitar y nos motiva en la actualidad ya que nos visualizamos en el lugar. Para ello, Internet nos da la facilidad de tenerlo todo a mano y nos alimenta la imaginación, creando una sensación placentera. 
Es un proyecto que nos aporta motivación, ilusión y es una buena herramienta para lidiar con las dificultades diarias. 

El viaje

Como ya he dicho antes, viajar no sólo es ir a un lugar y conocer los lugares importantes. Quizás para mucha gente sea eso, pero para muchos viajar es mucho más. 
El  visitar un lugar desconocido tiene muchos beneficios psicológicos y nos ayudan a mejorar a nivel personal. Explorar un lugar nuevo, conocer una nueva cultura, una gastronomia diferente a la nuestra y la vida en otro lugar, son conocimientos que nos abren la mente y nos ayuda a ver otras perspectivas sobre el mundo y sobre nosotros. Vernos en otro lugar, aceptar otras realidades y conocer otras maneras de vida son ventajas que nos aportan una abertura de tolerancia y conocimiento, dándonos algo más que recuerdos plasmados en fotos de Instagram o recuerdos de Facebook. Viajar es un regalo para nuestra existencia, para nuestros ojos, oídos y gusto. 

Después del viaje

Una vez que hemos realizado un viaje, nos quedan los recuerdos. Estos son duraderos y nos van ofreciendo gratificación cuando los volvemos a recordar, tanto a través de fotos, comentar una experiencia o cuando volvemos a plantearnos un nuevo destino. 

El viajar no es una actividad que ofrezca una recompensa para todos por igual, porque para cada uno de nosotros la experiencia es vivida con una intensidad distinta, proporcional a las expectativas que depositados en el proyecto. 

sábado, 13 de abril de 2019

Procrastinación

La procrastinación es una palabra que seguramente habéis escuchado alguna vez y hemos sufrido todos en multitud de ocasiones. Nadie está a salvo de su influencia. 

La procrastinación es la acción de dejar para otro momento aquello que tenemos que hacer. Es un acto por la que dejamos para luego o para otra ocasión actividades que tenemos pendientes. 

El hecho de dejar actividades pendientes para otro momento no supone un problema, porque tendemos a priorizar aquello que nos urgen más dando desventaja a aquellas actividades que nos suponen más pesadez o no consideramos que son tan importantes. 

Procrastinar si que se convierte en un problema para uno mismo cuando vamos dejando aquellas actividades que debemos hacer y que nos pueden ocasionar molestias, tanto a nivel personal como laboral. 
Casi todos hemos procrastinado en muchas ocasiones, como por ejemplo cuando hemos estudiado para un examen en el último momento o hemos ido dejando el dejar de fumar, sin que estas no acciones nos hayan supuesto una ventaja para nosotros mismos. Es decir, nos suponen una ventaja momentánea, fugaz, porque nos alivia en el momento de las obligaciones y presiones que sentimos, pero, a la larga, nos crea más ansiedad y nerviosismo. 

La procrastinación es una herramienta que utilizamos para esconder otras emociones y las solapa, pero nos entorpece para conseguir aquello que queremos. Es una série de obstáculos que nos ponemos a nosotros mismos, siendo conscientes y en otras ocasiones, no tanto. 

Las principales causas de la procrastinación pueden ser las siguientes:

- El miedo. Podemos tener miedo de muchas cosas y éste nos ayuda a no afrontar el reto que nos supone hacer algo, por lo tanto, procrastinar es una herramienta que nos "ayuda" a no tener que pasar por eso que tememos. Puede ser por miedo a fracasar en algo que nos proponemos, en no llegar a ser lo que pretendemos, siendo actitudes contrarias para nosotros ya que provocan más ansiedad y rabia. 

- Dejarlo para el último momento. No ser constante puede ser un inconveniente cuando la actividad pendiente tiene un plazo. La relajación puede ser una causa de dejarlo para otro momento, siendo contraproducente porque la sobreactuación produce alteración, nerviosismo y ansiedad por no cumplir el plazo. 

- Perfeccionismo. Hay quien con la indecisión y con el afán de querer las cosas sumamente perfectas no las hace, siendo una manera de procrastinación más estresante porque los pensamientos obsesivos y repetitivos o autoexigentes boicotean a la acción y lo dejan, formando más obsesión y ansiedad. 

La procrastinación puede tener relación con el tipo de personalidad y también puede estar asociada a otros trastornos, como la ansiedad, la depresión, o a emociones como la rabia, el estrés y la baja autoestima. 

La procrastinación puede ser una herramienta positiva en algunas ocasiones en las que nos podemos sentir abrumados por las obligaciones y descansar nos puede ayudar, pero sin perder la noción de cuando lo que nos está impidiendo  es conseguir aquello que queremos. Distinguir cuando surge y porque surge es la mejor técnica para poder identificar que está pasando y actuar para que no nos absorba en su evitación y futura frustración.