sábado, 23 de febrero de 2019

Duelos

Cuando hablamos de duelos, casi siempre pensamos en el fallecimiento de algún familiar o de alguien cercano y el proceso posterior en el que intentamos superar esta pérdida. 
Sí que es cierto que un duelo es una pérdida, pero no sólo se refiere a una pérdida por muerte. También nos referimos a las pérdidas cuando desaparece un vínculo en nuestras vidas, como una separación, una ruptura con una amistad, la pérdida de un empleo son ejemplos de situaciones en las que sentimos que perdemos una relación, un vínculo que nos hace daño. 
Cuando se produce una situación de pérdida surgen diferentes emociones con respecto a ella. Aunque se trata de una série de pasos por los que tenemos que pasar, no necesariamente tenemos que pasar por todos ellos ni con la misma intensidad. Todos somos diferentes, y aunque nos unen los sentimientos y las mismas emociones,  la manera de vivirlas no son idénticas.

Las diferentes etapas del duelo son las siguientes:
  • La negación. Tendemos a negar que lo que está pasando sea real. Nos cuesta asumirlo, porque para nuestro cerebro es mejor negar la realidad que asumir el duro golpe. De hecho, no nos "damos" cuenta de lo que ha sucedido hasta que nos chocamos con la realidad. Por ejemplo, en el caso de un fallecimiento, en el momento del funeral o en una ruptura, en el momento de la separación física. 
  • La ira o el resentimiento. Esta emoción es normal porque ha sucedido algo que no podemos controlar o en la que no podemos hacer nada para revertir la situación. 
  • La fase de negociación. Se buscan los pros y los contras de la nueve situación. Se negocia con uno mismo para ir aceptando la pérdida. Es una manera de enfocar que sea más llevadera. 
  • La fase de depresión. Es la fase en donde hay un dolor emocional más profundo. Surge la depresión y sus síntomas, siendo estos iguales a los que se manifiestan durante el trastorno del ánimo. No se tiene ganas de hacer nada, aparece un aumento o una disminución del apetito, ganas de dormir o dificultad para hacerlo y otros síntomas similares. 
  • Fase de aceptación. En esta fase, se asume la pérdida y uno/a se adapta a la nueva situación. Se produce una reestructuración sobre como se afrontará la realidad y hay una asimilación. Esta ayuda a la persona a seguir con una vida normal, adaptada a la nueva realidad.

Hasta hace bien poco el duelo era considerado un proceso normal y natural en cuanto se refiere a una pérdida, sobretodo a los fallecimientos.  Cuando este duelo tenía una duración superior a un año, era considerado como patológico. Actualmente, este aspecto se ha eliminado porque se considera que cada persona tiene un ritmo para asimilar las diferentes situaciones dolorosas y, por tanto, no debe ser estigmatizado ni ser algo temporal. Por todo ello, el duelo puede ser trabajado cuando surgen dificultades o la persona sienta que le cuesta superarlo, sin límites que estigmaticen el dolor. 

miércoles, 20 de febrero de 2019

Libros de autoayuda

Siempre han proliferado los libros que pretenden ayudar en los momentos que más necesitamos. Hay títulos de ciertos libros que parece que tengan la llave mágica para solucionar todo aquello que no va bien. 
No soy fan de estos libros por varios motivos. Aquí van los siguientes:

  • Tienen las soluciones para todo. Leyendo algunos de estos manuales te das cuenta que todo parece super fácil, que está en tu mano. Es verdad que está en tu mano cambiar todo aquello que quieres cambiar, pero no todo es tan fácil. La realidad es otra. Cambiar con tu vida en ciertos pasos no es una manera de asumir responsabilidades, ni es factible a niveles prácticos. Estos libros obvian muchos aspectos y optimizan aquellos más positivos, reflejando una realidad muy utópica. 
  • Dejan de lado la motivación. Este es un factor muy importante y esencial para ejercer ciertos cambios en nuestras vidas. No es tan fácil promover este cambio cuando siempre tenemos tendencia a dejar los actos para ello para la siguiente semana, o cuando tras varios intentos no conseguimos lo que nos habíamos propuesto. Analizar en que fase del cambio nos encontramos es esencial para saber cómo actuar con respecto a que debemos motivar para proceder al cambio. 
  • Acabas frustrado y sintiéndose peor que antes. Destacan lo mejor, dejando de lado todo aquello que es esencial tener en cuenta. Si no lograr conseguir o seguir el plan propuesto, puedes sufrir fracaso, baja autoestima por no conseguir lo que te proponía, sentimientos que fomenten la ansiedad y otros que te hagan sentir que no serás como te propusiera. 
  • Aumentan la dictadura de la felicidad: Hay una cierta tendencia a creer que tenemos que estar siempre felices, que no tenemos que dejar de sonreír aunque las circunstancias sean adversas. No dejan margen a sentirse mal, triste, deprimido u otros sentimientos o emociones que son NORMALES sentir y que también nos ayudan y de los cuales también aprendemos. 
  • Y, finalmente, porque en la mayoría de las ocasiones no son la ayuda que necesitamos. Pueden ser útiles para problemas leves o inquietudes que podamos tener, pero no son realmente una ayuda si se padece algún trastorno que necesite de ayuda psicológica, como en el caso de ansiedades, depresiones o otros trastornos mentales. 

domingo, 17 de febrero de 2019

No es un lujo

Recibir terapia psicológica no debería ser un lujo a lo que solo unos pocos pueden acceder. Los precios desorbitados de la mayoría de las consultas que ofrecen este servicio son muy altos y pocas personas pueden permitirse desembolsar tanto dinero. 
Soy psicóloga pero antes soy una persona, que al igual que todos, ha pasado por etapas duras en las que recibir terapia me hubiera ayudado a mejorar en muchos aspectos. Mi situación económica no era para poder acceder a este servicio y por ello creo y siempre creeré que no debe ser un negocio enfocado a enriquecerse. 
Es evidente que cuando emprendes un negocio quieres sacar beneficios, pero no debemos perder de vista que el cliente es una persona que, en muchos casos, no dispone de los recursos económicos suficientes para pagar las sesiones que necesitaría para mejorar su salud mental. 

La atención psicológica pública está desbordada porque no hay los suficientes medios para actuar sobre la salud mental. Hay un "menosprecio" por esta área de la salud cuando es igual o más importante que la física, sobretodo por la influencia que tiene sobre cierta evolución de algunas enfermedades. 

Mi objetivo es ejercer de manera que la prioridad sean mis pacientes, independientemente de la situación económica. Mi meta no es enriquecerse a costa de la economía de otras personas a través  de su salud. 

Mis precios son asequibles porque principalmente creo que nadie debe ser expulsado de recibir una atención psicológica óptima.

Sesión presencial: 35 euros
Sesión online: 25 euros
Consultas email: 15 euros