martes, 18 de abril de 2017

Cuando acudir a un psicólogo

¿Cuando debemos ir a un profesional? Esta es la pregunta que muchas personas se hacen. No hay una respuesta concreta.
¿Cuando irías al médico si te encontrarás mal? Ha esta pregunta muchas personas si que serían contundentes con la respuesta, en cambio, en la anterior no tanto.
¿Por qué dudamos tanto a pedir ayuda a un profesional de la salud mental? La mente es igual de importante que los malestares físicos, pero no cuidamos de ella de la misma manera. Ya sea por vergüenza o porque no nos han enseñado a darle mayor importancia, acudir a un psicólogo no es tan fácil.

De igual manera que haríamos con cualquier otro especialista médico, se debe ir a un psicólogo/a en las siguientes situaciones:

- Cuando se padezca un malestar psicológico importante que no ha sido capaz de solucionar por si mismo.
- Cuando ese malestar está perdurando en el tiempo y ha empeorado.
- Cuando se presenta una situación que, por las características que sean, supone o crea una dificultad en la vida de la persona que lo sufre.
- Si el hablarlo con familiares y amigos no ha encontrado alivio o una mejora de su situación, es momento de acudir a un especialista.
- Si se presenta una sintomatología que no es habitual en la vida del paciente, como por ejemplo, una tristeza sin causa aparente, un período ansioso, etc.
- Si la calidad de vida ha bajado a causa del malestar que se presenta.
- A causa de la situación se han dejado de disfrutar con aquellas cosas con las que antes se hacía, o esta misma situación afecta a una área importante de su vida.

Generalmente, existen reticencias a ir a una psicólogo o psiquiatra. Con él o ella hay que hablar, existe una interacción mucho más extensa que con cualquier médico y no todos se sienten cómodos con ello. El tratamiento no consiste en tomar un medicamento y ya está. Este va más allá y supone un esfuerzo por parte del paciente, que usualmente, no está acostumbrado. En la medicina tradicional hay dos figuras: el médico y el paciente. El primero ejerce de profesional, el que dirige la situación, es la figura activa, la que lleva las riendas. El paciente no tiene control de la situación ya que su papel es la de atender a las explicaciones del profesional y seguir sus consejos y tratamientos.
En cambio, en una terapia psicológica el paciente como el profesional ejercen un papel más equitativo, ya que el cliente debe tener un papel más activo durante la sesión, siendo su interacción lo esencial para la práctica clínica.

Por otro lado, el hecho de ir a un profesional da por hecho que asumimos que algo no va bien, que necesitamos ayuda, y muchos y muchas creen que el no haber superado ellos mismos ese bache lo viven como un fracaso.

Pedir ayuda a un profesional de la salud mental debe dejar de ser un tabú o ser asumido como algo a lo que debemos avergonzarnos. La mente es muy importante porque tiene una influencia determinante en el cuerpo y en nuestro día a día. Sentirse bien no es sólo físico, sentirse bien es un estado psíquico, más influyente de lo que pensamos.