viernes, 13 de septiembre de 2019

¿Cómo es una terapia psicológica?

En los últimos años, se habla más de acudir a una terapia psicológica y parece que se va rompiendo el tabú que rodea a los trastornos mentales y  como tratarlos. Aunque queda mucho camino para que haya una normalidad con respecto a eso, parece que hay un amplio desconocimiento en lo que consiste una verdadera terapia psicológica. 

Normalmente, cuando se acude a terapia, no hay un tiempo límite según por lo que se acuda. Según el caso y cada paciente, las terapias psicológicas son atemporales en el sentido de que no hay una duración establecida, como si fuera un tratamiento médico. Cada caso y cada persona son diferentes y, requieren sus tiempos. 

La sesiones tienen una duración de entre 50 minutos y una hora. Cada profesional pone sus tiempos y es lo que se estima que tiene que durar una terapia para que sea eficaz y un espacio suficiente para tratar del tema por el que se acude a terapia. 

El espacio tiene su importancia. Generalmente, tiene que ser un espacio acogedor, donde la persona que acude se sienta segura y que lo adopte como un lugar seguro y cálido. 

La relación terapéutica es un aspecto fundamental del proceso. Por alianza terapéutica se entiende la relación entre el profesional y el paciente y el proceso terapéutico y su éxito se basa en esta relación y en la confianza que se va fomentando a lo largo de las sesiones. La confianza debe ser mutua, pero sobretodo la que debe tener el paciente  on el profesional, ya que las sesiones se basan en lo que el paciente quiera aportar a la terapia. 
La confianza se fundamenta en el secreto profesional. Es decir, todo aquello que se cuenta en sesión es secreto y se queda en la sesión. El profesional sigue un código deontológico que tiene el deber de seguir y en que el secreto profesional tiene un peso importante. Sólo se debe romper ese secretismo en casos extremos que supongan un peligro tanto para la persona como para terceras personas. 
Por todo ello, el paciente tiene la seguridad de que todo aquello que cuente durante las diferentes sesiones sea secreto y no salga de la sala. 

Finalmente, un mito que se cree de lo que es una terapia es la idea de que el/ la profesional te dice lo que tienes que hacer. Esa es una mentira muy extendida. El terapeuta tiene diversos conocimientos del comportamiento humano y de los diferentes procesos psicológicos, pero en ningún caso es una persona que de consejos. El paciente se somete a un proceso en el que la persona se conoce a sí misma y decide en los aspectos que quiere mejorar y actuar en consecuencia. El proceso es una ayuda, pero siempre es la persona la que toma las decisiones, nunca el profesional es el que marca el ritmo ni las decisiones ajenas. 
El profesional ayuda en el autoconocimiento y en las dificultades por las que pasa el paciente. Ofrece ayuda para superar las diferentes situaciones, siempre desde un prisma profesional y desde una base científica que fundamenta la práctica profesional. 

Por todo ello, la terapia psicológica es un proceso personal, donde la persona decide de lo que quiere hablar y lo que quiere tratar, ya que el respeto es un principio que seguir, por parte del profesional. 

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