La vida es un largo camino de aprendizajes y de
enseñanzas que nos ayudan a avanzar. Solemos dar pequeños pasos que nos ayudan
a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. Desde pequeños vamos pasando por
diferentes etapas, tanto a nivel educativo como emocional y de desarrollo
físico.
A nivel físico y evolutivo, los cambios
biológicos en ocasiones nos abruman y nos hacen enfrentarnos a una realidad
que, en muchas ocasiones, no podemos parar ni cambiar. La adolescencia o el
envejecimiento son dos etapas evolutivas que suelen ser difíciles de asimilar,
sobretodo por los cambios drásticos que se van dando en el cuerpo.
Respecto a los aprendizajes, son cambios que van
formándonos y que nos dan las herramientas para avanzar en la dirección que nos
proponemos. Tanto a nivel académico como a nivel social, los cambios ayudan a
ir ajustándonos a las nuevas exigencias del entorno.
Todo ello nos reporta una confianza que la
denominamos la zona de confort. Esta
zona es aquella en la que nos encontramos seguros, ya que lo tenemos todo bajo
control. En esta zona sentimos confianza, pisamos en suelo firme y podemos ser
nosotros mismos porque tenemos controlado todos los aspectos en los que nos
movemos. Mantenerse en esta zona es positivo porque nos ayuda a estar centrados,
seguros y nos garantizan estabilidad. Ya sea en la vida laboral como en la
personal, el sentimiento de seguridad es importante. Aunque también salir de
esta zona puede paralizarnos para poder avanzar, ya que perder la seguridad nos
da miedo y nos puede inhibirnos en contra de nuestros intereses.
La vida es un largo camino de aprendizajes y de
enseñanzas que nos ayudan a avanzar. Solemos dar pequeños pasos que nos ayudan
a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. Desde pequeños vamos pasando por
diferentes etapas, tanto a nivel educativo como emocional y de desarrollo
físico.
A nivel físico y evolutivo, los cambios
biológicos en ocasiones nos abruman y nos hacen enfrentarnos a una realidad
que, en muchas ocasiones, no podemos parar ni cambiar. La adolescencia o el
envejecimiento son dos etapas evolutivas que suelen ser difíciles de asimilar,
sobretodo por los cambios drásticos que se van dando en el cuerpo.
Respecto a los aprendizajes, son cambios que van
formándonos y que nos dan las herramientas para avanzar en la dirección que nos
proponemos. Tanto a nivel académico como a nivel social, los cambios ayudan a
ir ajustándonos a las nuevas exigencias del entorno.
Todo ello nos reporta una confianza que la
denominamos la zona de confort. Esta
zona es aquella en la que nos encontramos seguros, ya que lo tenemos todo bajo
control. En esta zona sentimos confianza, pisamos en suelo firme y podemos ser
nosotros mismos porque tenemos controlado todos los aspectos en los que nos
movemos. Mantenerse en esta zona es positivo porque nos ayuda a estar centrados,
seguros y nos garantizan estabilidad. Ya sea en la vida laboral como en la
personal, el sentimiento de seguridad es importante. Aunque también salir de
esta zona puede paralizarnos para poder avanzar, ya que perder la seguridad nos
da miedo y nos puede inhibirnos en contra de nuestros intereses.
Cuando queremos cambiar, tomar una decisión
importante, pretendemos salir de esta zona de confort y entramos en la zona de miedo. Para poder pasar por
ella surgen dudas, miedos que pueden paralizar y que no avancemos. Las excusas,
las opiniones de los demás o la falta de confianza en nuestras capacidades son
barreras que nos pueden impedir dar el paso hacía nuevas experiencias o nuevos
retos. No quedarse paralizado por el miedo nos ayudará a poder reevaluarnos y
creer en nuestras capacidades, así como en nuestras debilidades.
El avance nos ayuda a aprender, a superarnos, a
enfrentarnos a nuestros miedos fomentando nuestra confianza, reforzando
nuestras capacidades y adquiriendo nuevos conocimientos y habilidades. La
experiencia que vamos adquiriendo a lo largo de la vida nos empuja a ir
emprendiendo nuevos retos y a querer avanzar hacía el logro de nuestros sueños.
La zona de aprendizaje nos da paso a
la zona de crecimiento que es donde nos situamos una vez que nos aventuramos a
no ser vencidos por los miedos, las inseguridades y la valoración negativa de
los demás.
La zona de confort se va ampliando de manera
paulatina a lo largo de nuestro trayecto, pero hay objetivos que nos confrontan
más o nos conectan con nuestras inseguridades que pueden ser un handicap para
lograr lo que deseemos.
Es importante valorarnos de una manera realista
en la que podamos poner los pros y los contras con respecto a las decisiones
que tomamos. El miedo y las inseguridades son normales cuando queremos afrontar
un nuevo desafío porque nos da miedo lo nuevo y los cambios pueden dar vértigo,
pero más miedo da quedarse en la zona de confort y perder posibilidades y
nuevos conocimientos.
Cuando queremos cambiar, tomar una decisión
importante, pretendemos salir de esta zona de confort y entramos en la zona de miedo. Para poder pasar por
ella surgen dudas, miedos que pueden paralizar y que no avancemos. Las excusas,
las opiniones de los demás o la falta de confianza en nuestras capacidades son
barreras que nos pueden impedir dar el paso hacía nuevas experiencias o nuevos
retos. No quedarse paralizado por el miedo nos ayudará a poder reevaluarnos y
creer en nuestras capacidades, así como en nuestras debilidades.
El avance nos ayuda a aprender, a superarnos, a
enfrentarnos a nuestros miedos fomentando nuestra confianza, reforzando
nuestras capacidades y adquiriendo nuevos conocimientos y habilidades. La
experiencia que vamos adquiriendo a lo largo de la vida nos empuja a ir
emprendiendo nuevos retos y a querer avanzar hacía el logro de nuestros sueños.
La zona de aprendizaje nos da paso a
la zona de crecimiento que es donde nos situamos una vez que nos aventuramos a
no ser vencidos por los miedos, las inseguridades y la valoración negativa de
los demás.
La zona de confort se va ampliando de manera
paulatina a lo largo de nuestro trayecto, pero hay objetivos que nos confrontan
más o nos conectan con nuestras inseguridades que pueden ser un handicap para
lograr lo que deseemos.
Es importante valorarnos de una manera realista
en la que podamos poner los pros y los contras con respecto a las decisiones
que tomamos. El miedo y las inseguridades son normales cuando queremos afrontar
un nuevo desafío porque nos da miedo lo nuevo y los cambios pueden dar vértigo,
pero más miedo da quedarse en la zona de confort y perder posibilidades y
nuevos conocimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario